Escalada en Pinares de San Antón, Zona Suroeste.

No olvidemos que "LAS RELACIONES QUE EL SER HUMANO ESTABLECE CON LA NATURALEZA NO SON MAS QUE EL CRUDO Y FIEL REFLEJO DE LAS QUE EXISTEN ENTRE LOS MISMOS HUMANOS" y que como dice un proverbio Massai "LA TIERRA NO LA HEMOS HEREDADO DE NUESTROS PADRES, LA HEMOS TOMADO PRESTADA DE NUESTROS HIJOS"

Yo entiendo como patrimonio natural no sólo aquellas especies y lugares, de excepcional valor y en vías de extinción, sino cualquier pedazo de naturaleza o espacio donde habitan especies ajenas a la nuestra. No olvidemos que, cualquier enclave más o menos natural donde se desarrolle algo de vida, donde aún se produzca oxígeno y no reine el asfalto, el tráfico el caos y el estrés, debería empezar a ser considerado digno de proteger y conservar, visto el futuro que se nos avecina de ocupación masiva del territorio.

Hoy he estado escalando en el cerro de San Antón que forma parte de la cordillera Penibética y su formación puede datarse en el periodo mesozoico, hace aproximadamente 200 millones de años. Sus rocas son profundas y antiguas, metamórficas, concretamente filitas, metamorfismo de las pizarras. Por encima de ésta se halla una capa superior de rocas de tipo calizo. En los cortados de la cara oeste su proceso de metamorfismo dio origen al mármol. Es un monte joven, por lo que su suelo tiene poco espesor pero es rico en humus, rico en bases y está bien aireado, por los seres invertebrados que viven en él. La pendiente es bastante acusada, por lo que la erosión de la roca madre es menor debido a que el agua de lluvia resbala con mayor facilidad.

En resumen, el suelo de San Antón es un buen lugar para las plantas y, por supuesto, de residencia para los animales. Existen restos fósiles que delatan la vida hace cientos y miles de años. Moluscos lamelibranquios que dejan constancia del periodo en que San Antón aún no había emergido del mar. En menor número y a mayor altura encontramos restos de belemnites y algunos de ammonites. Debido a su privilegiada situación frente al mar, sus tres cimas, llegando la central a los 502 metros, favorecido por el benefactor clima mediterráneo costero, contorneando sus faldas los arroyos Jaboneros y Gálica, sus cortados o cantiles y sus antiguas grutas marinas, y el resto de razones anteriores, es normal que la presencia humana haya sido constante desde la prehistoria, en las antedichas grutas.

Si el Cerro de San Antón fuese protegido en su integridad como Ampliación del Parque Natural Montes de Málaga o Monumento Natural, Málaga ganaría un gran pulmón y una gran aula al aire libre de Educación Ambiental y por esta vez, sumaríamos en lugar de restar algo que legar a nuestras generaciones venideras.

Aquí algunas de las fotos de la jornada, mejor escalar que ir de procesión, ha echo un día formidable, en un lugar privilegiado, tan cerca de nosotros. Debemos de sentirnos agradecido por poder disfrutar de lugares así.