Escocia: Hacia las Tierras Altas

En mi corta experiencia como viajero, una de las cosas que he aprendido es que hay que centrarse en un solo lugar cuando se va de viaje, hay que ser más viajero, improvisar y salirse de la ruta aunque para ello se necesite más tiempo, es el mismo que le dedicaríamos a ir de transporte en transporte para cambiar de lugares cuando tu meta solo es coleccionar. Centrarte en una zona te obliga a no distraerte y a conocer mejor ese rincón del mundo que tanto te apetecía visitar. Verás como siempre te vienes con la sensación de haber conocido un poco de aquella gente y de su cultura, y verás como se te queda un buen sabor de boca y una pequeña frase en tu cabeza: "quizá vuelva algún día".

Me voy 20 días al norte de Gran Bretaña, donde se encuentra Escocia, Alba en gaélico. Desde que era pequeño, algo en mí cambio con películas como "Los Inmortales" o "Braveheart" rodadas en aquellas maravillosas tierras, no se si fue esa la influencia pero marcaron mi carácter y mi forma de ser, sólo aquellos que sueñan saben lo que digo. Esto no es moda, la vida moderna avanza muy rápido y yo sigo sin estar preparado para ella, siempre quise haber nacido en aquellos "tiempos" donde el amor era sincero, los valores fuertes y los sentimientos puros. Andar por un país con tanta historia sobre lucha y libertades tiene que ser algo muy profundo, avanzar mientras recuerdas la escena donde suena el "Who Wants ti Life Forever" en "Los Inmortales" sin que se te haga un nudo en la garganta, debe de ser difícil. No es menos emotivo el discurso de "William Wallace" demostrando que la "Libertad" nos pertenece como personas y que prevalece sobre la "Vida" que no depende de nosotros.

Recorrer las Tierras Altas es un viaje al mundo de los sueños: profundos lagos, escarpadas montañas, castillos envueltos en la bruma y acantilados de vértigo sobre el mar del Norte. Una quimera con sabor a malta, mar, lluvia, olor a tierra mojada y música celta, pero sobre todo para disfrutar de la naturaleza en su estado puro. La erosión glaciar de los valles es muy patente, y es un hecho que casi todos ellos están a nivel del mar, haciendo que sus bajas montañas, sean espectaculares. Hay estaciones de esquí a menos de 1.000 metros sobre el nivel del mar. Una de las cosas que me atrae y al mismo tiempo me da mayor respeto es su clima, he leído que es uno de los más sufridos del mundo, sobretodo en invierno, el cual sufre un gran cambio a partir de unos 400 metros sobre el nivel del mar, supongo que por eso no existen poblaciones a esas alturas.

Al buscar información en páginas inglesas sobre que se podía hacer sobre tan bello país a pie, encontré una travesía bastante desafiante de 222 millas (357 kilómetros) y con casi 10.000 metros de ascenso. El sendero pasa por terrenos extremadamente salvaje y agreste, lejos de los servicios e instalaciones. Aunque muchos tramos siguen caminos y pistas, también hay algunos que son sin caminos y se requiere un alto grado de orientación. Se necesita ser autosuficientes y llevar alimentos necesarios entre los posibles puntos de abastecimiento. También hay varios cruces de ríos sin puentes que pueden llegar a ser peligroso o incluso imposible en condiciones de crecidas. La ruta tiene la reputación de ser la más dura travesía de larga distancia de Gran Bretaña. Aunque no hay que ceñirse a una ruta diseñada por alguien, pues yo me quiero desviar en varios tramos para realizar alguna ascensión de montañas o incluso visitar la isla de Skye. Una de las cosas que más me preocupa, es que el final de la ruta, termina en un cabo, que parece ser sólo accesible en barco y a pie. Tengo que volver a Glasgow, y dependiendo que tiempo me sobre, se puede convertir en un problema.

Tengo que reconocer que los pensamientos románticos de caminar en desierto y soledad me emociona antes de embarcarme en el viaje. Para mí un viaje de este tipo es lo que significa ser HUMANO, la naturaleza se ha convertido en mi voz en este enorme y confuso mundo.