Recuerdos para la memoria

Pienso que las personas son el estado de su memoria, su contenido. De echo, cuando alguien tiene una enfermedad que afecta a ella, se suele decir "ya no es ella", es como un extraño. Esa afirmación surge de la certeza de la importancia capital de la memoria en nuestras alegrías y sufrimientos. Se sufre en la medida del recuerdo de aquellos eventos tristes o estresantes que como lentes avizores, nos informan de la cercanía de otro suceso parecido. Entonces la memoria se convierte en un mecanismo de defensa. Igual ocurre cuando estamos próximos a momentos de euforia, la memoria nos ayuda a saber que eso era lo que buscábamos y nos hace feliz. Somos la memoria presente en nuestros aprendizajes, al escoger una actividad, nos valemos del recuerdo para poder enfrentar las dificultades que aparezcan. En situaciones tan sencillas como correr, una buena dosis de memoria se hace obligatoria, ya que tenemos que calcular distancias, ritmos, desniveles y tiempos para obtener un buen resultado. La memoria nos permite socializar y compartir; como por ejemplo en una amena conversación con otros, cuando se trata de recordar los momentos más significativos del último entrenamiento que hicimos en compañía. Para cuando ya no sea posible recordar a mis amigos, cuando ya no sea posible reconocernos unos a otros, quienes durante tanto tiempo fueron compañeros de caminos, cuitas y conversaciones, pues cada acto cotidiano, parece nuevo y diferente con ellos, quedaran estas entradas con fotos y vídeos que ayudaran a la memoria a evocar aquellos momentos.
No olvides que la memoria se construye a partir de recuerdos, vivencias y experiencias. Sin mi memoria, no soy nada, ni nadie. El día que pasé en Sierra Nevada con Antonio Pozo y David Palacios han entrado en el hipocampo de mi cerebro.

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