Segunda Semana: Valle de Benasque

Cuando el hastío de la vida es tal, que todo lo que te rodea te aburre hasta la saciedad, te queda la opción de escapar, tras tomar esa decisión existe la posibilidad de que en tu huida, en tu camino encuentres algo que te haga sentir que la vida realmente vale la pena. No podemos desaprovechar cada oportunidad que se nos brinda en un nuevo día, porque no se sabe lo que puede pasar mañana. Por ello, desde estas líneas una vez más, te animo a que seas feliz, transites feliz, y vivas feliz, mientras respires. Que nada te preocupe, nada más que intentar a cada paso que des, que la felicidad radie por tus cuatro costados. Para que de esa única forma, solo tú, te encuentres feliz, que es de lo que se trata.


En esta segunda semana en los Pirineos y como resumen en esta entrada comentaré que el Valle de Benasque tiene una magnitud grandiosa, rodeado por la mayor concentración de tres miles de todo el Pirineo, por sus valles se respira un verdadero sentimiento a montaña, a cada paso vas asimilando y comprendiendo tu camino, tanto el dejado atrás como el que hay por delante de tus botas. De todos los días, rutas y ascensiones, hubieron dos muy especiales, la subida al Pico Aneto, donde comprendí que el sufrimiento, no tiene límites, pero la satisfacción que corre paralela a ella, tampoco la tiene. Y la Arista Espadas-Posets, una arista donde sus pliegues intentan marcar cierta armonía a un bello caos, un lugar para disfrutar, tras realizar el día anterior unos 30 kilómetros y descansar en el Ibón de la Llardaneta. Deseo encontrar nuevas experiencias, sea donde sea, no importa, porque el hombre se alienta de ellas y sin ellas está muerto.


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