El Pico del Cielo: Donde se funde el Mar con la Tierra
La comodidad nos atonta, nos vuelve conformistas, conservadores, temerosos y flojos y el que no quiera verlo, tendrá que vivir sabiendo que un día se dará cuenta. Permanecemos presos de nuestros objetos, nuestras casas calientes y de nuestras rutinas, por muy dolorosas que sean estas. Es una inercia que toma velocidad como una bola de nieve que se va haciendo cada vez más grande. Y un día descubres que ya no eres una persona, eres un robot. Que el tiempo está pasando demasiado deprisa y ya no recuerdas la última vez que algo te hizo vibrar el corazón, erizar la piel. Los seres humanos somos animales diseñados para la supervivencia. Para sostener su existencia, necesita retos, esfuerzos, superación y movimiento físico. Si no se lo damos, enferma, es esta la razón de porque hay humanos que abandonan sus vidas resueltas y cómodas para entrenarse en la dificultad.
Cualquier montaña de por sí tiene su encanto especial, su magia y su misterio propio. A veces no llegamos a verlo, a veces no queremos verlo y a veces lo ven otros y nos lo cuentan. El Pico del Cielo, en este aspecto, es como pocas. En su cima, la naturaleza nos regala, de cuando en cuando, momentos perfectos que merecen la pena ser recordados. En pocos rincones del planeta tan accesibles pero que a su vez requiera un esfuerzo adecuado para ser valorado vamos a poder contemplar la fuerza de
nuestra madre tierra y vamos a quedarnos sin aliento en tantas ocasiones.
Cuando subimos al Pico del Cielo, aunque sea en la distancia, es fácil llegar a la conclusión de que es uno de los lugares más cercano a nuestro origen, al origen de nuestro planeta, a su versión más pura y más virgen. Donde predomina su cruz, símbolo que comprende a todos los demás símbolos del mundo. Un lugar perfecto para conectar con ese sitio del que venimos, pero también para conectar
con nosotros mismos. Un lugar en el que comprender al 100% el significado de la palabra belleza, y un lugar que queda para siempre en quienes deciden visitarlo.
Es muy normal en la actualidad asociar la cruz con la doctrina cristiana, de hecho por ello nos es tan familiar, pues no creo que haya nadie en nuestra cultura que no haya visto nunca una cruz. Sin embargo la significación de la cruz es mucho más antigua que el cristianismo. Si miramos más allá, veremos que una cruz está formada por una línea vertical y una horizontal que se encuentran, ello da lugar al punto. Todo, todo lo que somos y podemos ser en la tierra tiene un punto de referencia, tanto las figuras geométricas y físicas cómo las opiniones, sentimientos o pensamientos. La importancia primera de la cruz es que nos permite definir un punto, y ese punto es la referencia de lo que somos.
Estamos acostumbrados a no tener un respiro, ni siquiera en vacaciones, y en ocasiones nos damos cuenta de que no nos conocemos, de que no sabemos quiénes somos, qué es lo que verdaderamente queremos y qué es lo que nos importa. Estas tres cuestiones y otras muchas más podrian encontrar su respuesta en la paz de una cima como esta. Es el lugar perfecto para meditar, para conectar con nuestro planeta, con las personas de nuestro alrededor pero sobre todo con nosotros mismos.
POEMA PROPIO
Desciende tus largos brazos
y envuélveme con ellos,
como las nubes abrazan la montaña,
como la montaña se pierde en ellos.
¡Buen post! Conectar con uno mismo es como descubrir un tesoro interior. En ese silencio encontramos claridad, autoaceptación y paz. Es el viaje más importante que podemos emprender en la vida.
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